Para elaborarlo para 4 personas haremos lo siguiente:
En una cazuela de barro con un vaso de agua de aceite de oliva, sobreimos bien por las dos caras una rebanada grande de pan de poco mas de 1 cm de gruesa hasta tostarla.
A continuación, retiramos la mitad del aceite y freimos en ella los dientes de media cabeza de ajos (unos 10), con un corte profundo cada uno de ellos y sin pelarlos, con dos o tres guindillas al gusto. Siempre a fuego suave para no requemarlo.
Cuando los ajos estén dorados, se retiran dos de ellos, y se añaden dos cucharadas soperas de pimentón (pebre roig), se remueve, y de inmediato, antes de que se queme éste, se añaden cuatro vasos de agua caliente y cuando arranque el hervor, añadimos un kilo de anguilas limpias, descabezadas y cortadas a rebanadas de unos 3 centímetros de gruesas.
Dejamos cocer 20 minutos.
Mientras tanto, majaremos bien en un mortero un puñado de almendras fritas (8 ó 10 unidades), los dos ajos que sacamos de la cazuela y otros dos crudos, si se quiere una puntita de cuchillo de canela molida, 5 bayas de pimienta negra, un par de ramitas de peregil, una pizca de sal (al gusto) y la rebanada del pan frito.
Cuando pasen los veinte minutos, añadimos el majado, y dejamos cocer 5 minutos más.
Servir en la propia cazuela de barro bien caliente.
Según gustos, la canela según algunos es prescindible.
Si con las anguilas añadimos patatas tronchadas y quitamos el pán frito para que espese el guiso la fécula de la patata en vez de el pán, habremos transformado un suculento "all i pebre" en un magistral "suc d'anguiles" (suc, no de jugo, sino de "sucar", mojar el pán en valenciano).
Bon apetit
En una cazuela de barro con un vaso de agua de aceite de oliva, sobreimos bien por las dos caras una rebanada grande de pan de poco mas de 1 cm de gruesa hasta tostarla.
A continuación, retiramos la mitad del aceite y freimos en ella los dientes de media cabeza de ajos (unos 10), con un corte profundo cada uno de ellos y sin pelarlos, con dos o tres guindillas al gusto. Siempre a fuego suave para no requemarlo.
Cuando los ajos estén dorados, se retiran dos de ellos, y se añaden dos cucharadas soperas de pimentón (pebre roig), se remueve, y de inmediato, antes de que se queme éste, se añaden cuatro vasos de agua caliente y cuando arranque el hervor, añadimos un kilo de anguilas limpias, descabezadas y cortadas a rebanadas de unos 3 centímetros de gruesas.
Dejamos cocer 20 minutos.
Mientras tanto, majaremos bien en un mortero un puñado de almendras fritas (8 ó 10 unidades), los dos ajos que sacamos de la cazuela y otros dos crudos, si se quiere una puntita de cuchillo de canela molida, 5 bayas de pimienta negra, un par de ramitas de peregil, una pizca de sal (al gusto) y la rebanada del pan frito.
Cuando pasen los veinte minutos, añadimos el majado, y dejamos cocer 5 minutos más.
Servir en la propia cazuela de barro bien caliente.
Según gustos, la canela según algunos es prescindible.
Si con las anguilas añadimos patatas tronchadas y quitamos el pán frito para que espese el guiso la fécula de la patata en vez de el pán, habremos transformado un suculento "all i pebre" en un magistral "suc d'anguiles" (suc, no de jugo, sino de "sucar", mojar el pán en valenciano).
Bon apetit
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